Blanca y pura la ciudad despierta

Paseaba por la ciudad esta mañana. Andaba sin rumbo aparente porque ni el suelo veía. Ayer había acercas, carreteras, ramas que garabateaban el suelo infinito... Hoy solo había un inmenso mar de blanca agua, pura, limpia y sólida que tarde o temprano mudaría en hielo y que a algún despistado viandante se querrá llevar consigo. Hasta el césped había cambiado su color a tonos transparentes debido a que su leve superficie había sido tapiada. Tiempo ha que no veíamos semejante conquista de tan inmenso ejército blanco. Mientras dormíamos, silenciosos soldados caían discretos desde el cielo. Y nos vencieron en la noche en calma ocultando nuestra realidad, mientras nosotros nos divertíamos en sueños corriendo por la inmensidad de la mente. Hemos sido derrotados por la fuerza del cielo y la estrategia del agua y del frío. Sin embargo la revancha se está luchando. Juntos estamos rompiendo sus defensas de hielo. Algunos caen, pero se levantan. Otros, pala en mano, rompen sus murallas....