La casa
La familia se mudó a la casa hace un centenario, cuando eran todos jóvenes y la casa iba a otra moda. La familia fue creciendo y muchos de ellos muriendo, pero otros los sustituían, como meros soldados al frente de la batalla. Cada persona, distinta a la anterior, pensaba de una u otra manera acerca del mundo, aunque todas se referían al mismo mundo: eran seres realistas que dejaban pasar el tiempo en su piel y en su mente. Incluso a veces pensaban en la casa. Era un objeto real, útil porque los cobijaba, porque les daba un techo y los calentaba de noche. Pero nadie pensaba en la vida de la casa, en las esperanzas de su techo y las ilusiones de cada parte de su inmóvil cuerpo. Ella sentía. Veía pasar los años, veía cambiar a sus habitantes, veía cómo dejaban de cuidarla, cómo desaparecían con el viento. Ella estaba siempre bien, fuerte, con unos pequeños arreglos anuales, pero siempre cumplía con la función de protegerlos. Sí, a aquéllos que la habían constr...