Encuentro en el arco
En el arco habíamos quedado. Y en el arco nos encontramos. Sin embargo, el camino hasta allí, de apenas un kilómetro, se hizo casi épico. Con la música a todas partes, cascos de cable y andares rápidos, se tornaba el camino empedrado una suerte de nueva conquista. En un momento dado comenzó a sonar una canción feérica, de las que más me gustan. Eluveitie llevaba mi mente a otros mundos entre runas, luceros y hechizos. Según andaba por las calles medievales de Burgos, mi mente se dejó llevar por la música. Cabalgaba sobre los cascos del caballo blanco portando un báculo de luz y sorteando los peñascos de la enorme montaña. El corazón se agitaba con la impetuosidad de la elfa y se agitaba el cabello con la prisa del mago que llega tarde a su cita. La oscuridad se cierne sobre los valles, cuya marea negra siega los campos y los límites de la ciudad de piedra. Vidas atormentadas por la batalla con la valentía latente, que calienta sus corazones ante la perspectiva de superar al ...