Nocturna

Para reflejar la realidad no hace falta pensar. Hoy en día cualquier pensamiento irracional es suficiente para describir lo que se ve a simple vista. Triste es que no vivamos en un mundo claro, fácil y sencillo; sino en un mundo irregular, curvilíneo en intervalos manchados de sueños que nacen de la irrelevancia ajena. ¿No creéis que esto es triste? Yo no, la verdad es que es genial. Estoy sentada en el tejado de uno de los áspides del cabello que cubre la tierra neoyorkina. Es de noche. La gente duerme, en teoría, porque sin embargo hay ruido, jaleo, el silencio llora porque no lo dejan salir de casa, la luz puebla la noche y nubla el día. Demasiadas sombras absurdas entre su propia inconsciencia. ¿Quiénes se creen que son? ¿Se pensarán que son alguien, algún simple cualquiera por vivir en la mítica New York? Me creería yo quizá más importante si viviera aquí, fuera poeta y lograra sobrevivir a la incansable e insaciable marabunta de sombras sin rumbo o, bueno sí, con rumbo de GPS y mirada perdida en una ínfima y desgraciada pantalla luminosa que solo los lleva al abismo del mundo. ¡Pobres infelices que tienen que confiar en un aparatito incrédulo que sin ser nada, domina el mundo! 

Preciosa la ciudad nocturna. Desde aquí arriba puedo dominarla. Puedo ser mejor que todos, puedo ser nadie. Y no el nadie de nadie, sino Nadie, ese héroe que pudo conquistar el mundo con sus palabras y no por sus tweets. Imaginad a Ulises en Twitter o en otras redes sociales. Aunque si Góngora y Quevedo siguen aún hoy peleándose por sus viejas historias, me creo que en nada surja un nuevo Nadie versión 2.0.

¿En esto se convierte la historia y la literatura? ¿En un falso presente? ¿En un rechazo del fin para hacer interminable el pasado, inexistente el presente y conocido el futuro? ¿Soy yo el único ente humano que por una vez deja de lado su rol de persona, de humano que vive, convive y se desvive por vivir pasivo en una sociedad surrealista que da pena vivir, que da miedo pensar y pánico imaginar? ¿Es fácil vivir o al menos aparentar que se vive entre garabatos ilustrados en la global globalización de la pérdida de conocimiento? ¿Qué vamos a hacer si nuestro presente y futuro se basan en otro mundo dominado por una oligarquía de algoritmos creados por nosotros mismos, pero que nos controlan, nos esclavizan y violan nuestra libertad de pensamiento y de comportamiento? Visto lo visto, y con pena lo escribo, vamos a seguir adentrándonos en el inhumano individualismo egocéntrico del uno mismo que vive por y para sí mismo y... ¡y a los demás que les den! Y si quieren tener relación conmigo, les dejo mi nombre de Facebook y que me agreguen. 

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