Ruptura

Si no te fijas no lo ves. Pero si te fijas, tampoco lo ves. ¿Y sabes por qué? Porque lo que uno no quiere ver no lo ve hasta que no le queda más remedio. La lucha por permanecer ciegos, a veces supone un cambio de vida, un intento de ser diferentes, de vivir en nuestro sin vivir, de ser invisibles ante los ojos de los demás, de ver en nuestra propia ceguera, de convertir en ciegos a aquellos que nos miran para impedir que nos vean. 

Andas por la vida por andar, porque dicen que caminar es bueno... y sano. Si no... permaneceríamos sentados en el mismo escalón a la sombra del mismo toldo observando las mismas nubes. Bueno, no. Las mismas no porque ellas siempre están en movimiento. Siempre andan o vuelan por la vida. Su movimiento cambia nuestra vista porque según avanzan modifican las sombras de los objetos que vemos e incluso de nosotros mismos. ¿No te habías dado cuenta? Si tú no te mueves, en el fondo cambia igualmente tu visión de las cosas porque el sol les da nueva vida cada segundo que pasa, porque la lluvia las moja para luego dejarlas secar, porque el viento las envuelve de hojas, de palos, revuelve sus recuerdos y crea un pastel en su mente con nuevas vivencias. Por ello, aunque no nos movamos, aunque no queramos vivir, vivimos igual. Pero es mejor vivir por nosotros mismos que dejarnos guiar y permitir que otros vivan por nosotros. ¿Quiénes son para que piensen que pueden vivir tanto su vida como la nuestra? Nadie. No son nadie. Y nadie debe manipularnos para dejarnos en pause para así poder ellos guiarnos a su antojo. Si quieres vivir, dale al play y vive por ti mismo, para ti mismo y disfruta no solo de las sombras que ofrecen las nubes, sino de las que ofreces tú andando, mirando y viendo. So... ¡Open your eyes!


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