Como dos hojas de sal



Estás, te veo. O no estás, cuando la oscuridad me ciega.
Estás siempre, dentro de mí, cuando a ti te pienso.
Estás en el frío y en el calor.
Estás cuando te disfruto, en la arena, mirando
hacia el infinito, hacia las rocas del horizonte,
hacia el acantilado nublado.

Estás en un ramillete de hojas
de hojas que oyen, sienten y padecen,
de hojas rodeadas de flores incandescentes que
miran tu presencia, que
observan tu vida como
si ellas ya no estuviesen.

Estás en la vida, en mi vida.
Estás en tu vida, sin necesidad de mí.
Estás porque alguien, alguien te dejo estar.
Estás porque sí, porque algo habrás de hacer.
Nadie está por estar, salvo que no quiera estar.
Si estás, quizá... es porque conmigo quieras estar.

No, a veces no estás. A veces...
A veces eres un sueño, un mundo distinto,
una dimensión paralela, un vis a vis, un flashback, un
momento, una hora, una estrella, un avión de
papel, un silbido, una extrañeza, una figura, un retrato,
una silueta, un enemigo, una amiga, una... un... un simple
pronombre, un tú que se dirige a mí, un yo.

¿Quién eres? ¿Por qué estás? ¿Por qué pierdes el
motivo de tu estancia en pensarme? Si a veces yo
no estoy, si siempre tu no estás. Si nadie está porque
no existe.
Porque no merece una lágrima.
Porque representa una luz,
porque no son ni
una mota de polvo.

Porque tú estas, porque yo estoy.
Porque ambos estamos.
Porque no me abandones,
porque yo me enamore
todos los días
de tu sombra
de tu recuerdo
de tu presencia...
de ti
de ti y solo de ti
de ti, sombra de mi vida,
de ti, alma de ensueño.

Porque tú y yo estemos.
Porque tú y yo estamos.
Porque juntos somos.
Porque juntos seremos.
Porque, sin saberlo ni conocernos,
juntos fuimos.
Porque...
Porque...
Siempre estaremos.
Tú, yo.
Nadie más.

En la fugacidad de la muerte.
En la ira de la vida.
En la perplejidad de los iris dormidos.
Tú y yo perduraremos en la armonía de nuestro sentir.
En la calma del océano.
En el sosiego del cielo y en el
desasosiego de mar
Entre la brisa de la tierra y el beso del sol,
tú y yo nos perderemos solos
tranquilos, estáticos
como dos hojas de sal.

Comentarios

  1. Necesitaba leer algo así para dar un poco de acción a mis emociones.
    Esto es cómo un despertar.
    Cómo una huella que no dejas de mirar sin saber que se puede borrar.
    Una mirada que te conoce, que te espía, que te insulta.
    Pero que no se burla. Tú estás porque sientes, que así sea.

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