Navidades 2020

Otro año más. Pero. Pero. Con eso nuevo que hay ahora. La nueva normalidad. Unas circunstancias especiales, extrañas, desesperantes, des... cualquier adjetivo bueno que queramos negativizar. Qué cosas. El año pasado aún no imaginábamos lo que se nos venía encima. Este año no sabemos lo que aún nos queda por soportar y por vivir. Quién lo diría y quién lo dirá. Esta noche es Nochebuena (y quien quiera que siga el villancico), y mañana Navidad. Igual que siempre. Igual que todos los años. Siendo más o menos. Probablemente menos. Casi seguro. Para bien o para mal. Quién lo diría y quién lo dirá. A pesar de todo seguirá habiendo cenas y comidas, se presentarán los turrones, los polvorones, los mazapanes habituales y la comida. Todo seguirá siendo igual sobre la mesa, aunque habrá menos platos. Muchos niños agradecerán poder comerse esas croquetas que antes tenían que repartir entre más comensales. Este año solo cambiarán las personas: no habrá tantas, no serán las mismas ni estarán ni irán a los mismos lugares para hacer lo que hacían, hacen y harán: lo de siempre, en definitiva. 

Todos juntos en casa o por Zoom (para el villancico del 25 de diciembre). Todos juntos de manera presencial u online. Todos fieles a la ilusión, a la vida, a los regalos que hay y habrá en una casa y en varias, en todas aquellas que antes se quedaban vacías, pero que ahora se iluminarán de sonrisas. Los niños seguirán siendo lo que eran otros años: felices. Seguirán jugando, llamando a sus amigos y celebrando. Celebrando, sí. La vida, la Navidad, el Año Nuevo –esperemos que sea mejor–, la alegría, la ilusión y la felicidad con el mayor entusiasmo del mundo, el que refleja la novedad, la especialidad que nos brinda el tiempo, la imaginación que apareció quizá en alguna película como realidad distópica y el disfrute del presente, del carpe diem, que ahora es lo que es, pero que en breve será pasado y en un futuro será recuerdo, y cuanto más mayores seamos, más anecdótico será. Y cuando contemos esas anécdotas, una lágrima caerá y una sonrisa nublará con el arcoíris nuestro rostro. Fueron especiales aquellas Navidades del 2020. Indeseadas e inesperadas, sí, pero especiales. Para bien o para mal, inolvidables. Disfrutémoslas porque son fiestas, porque son nuestra vida, nuestro tiempo y nuestra historia. Quién lo diría; todos lo diremos. 

¡Feliz Navidad y Feliz 2021!



Comentarios

Entradas destacadas

Violet

La librería, un lugar de ensueño

Reflexiones: verdad e intraverdad

Mientras sigue lloviendo

Paseando por el viento...