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Mostrando entradas de enero, 2022

Microsistemas

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Brisas monótonas incandescentes sobre la morada de las hojas del viento entre las lágrimas azules de las estrellas tentaculeantes de los fondos marinos coraloideales repletos de ramajes floridos y rostros purpúreos. Cielo y tierra verdeidales clarificando de efemérides grisogirosales acordonadas entre lazos moribundos en las escenas eterniles con alegres dimensiones y exactas rectitudinales monoverticales en lados microanchales, larguideantes y profundizales. 

Microsuspiro

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Solo por la flor de la vida, solo por ella yo huelo, solo por ella yo canto a mi alma colorada. Quiero verla volar, quiero sentirla en mi cuerpo, quiero que seamos una, como ella forma con sus bellos pétalos. Quiero que mi corazón la guarde, que mis sentidos la toquen: volver a sentir la alegría en los renglones de su tallo magenta. Quiero volver a tocarla, volver a mirarla, dejar esa margarita sobre la superficie del agua. 

Microéxtasis

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Se alejan las alas livianas del viento.  Las veo lejos, pero cerca de mi alma ennieblada. Las veo porque la neblina me deja, pero su velo ya cae sobre mi corazón de hielo y escarcha. 

Microbelleza

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Sincero río de esperanza, como aleteo gracioso de ilusión que acongoja la ternura de terciopelo de unas alas de girasol de luna. Etéreos son los mantos de peces que cromatizan con sus colores los brillantes vértices del alma. 

Aciago

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Azules, grises y verdes se ven las líneas del viento. Acarician con su velo el eterno cristal gélido de la roca.  El paisaje está tranquilo y su plaza, solitaria. Ausencias extrañas que llenan todo lo vivo y pesado; ausencias ajenas que lloran todo lo muerto y ligero.  El horizonte se cubre de un trasparente telón de hiedra, reflejada entre la naturaleza del cielo. Flores como manto de lino y terciopelo. Alisan los obstáculos de las nubes y facilitan el roce de las estrellas en las sonoras olas de sus caracolas.  El murmullo de marfil enfría los párpados, pero calienta el iris que descansa en la oscuridad de un tierno abrazo pasajero.  El efímero valle de rocío frío se envuelve en la niebla eterna y solo deja ver siluetas blancas, como muebles tapados en una casa abandonada.  Azules, grises y verdes se ven las líneas del viento, aciago ser de calma y silencio.