Reflexiones: verdad e intraverdad


Este blog suele ser de creación literaria, casi como base vital, salvo, eso sí, ese artículo: La mujer en el papel del personaje literario peculiar, muy recomendable. 
De nuevo, al igual que aquél, este texto va a ser distinto. ¿De creación? Sí, claro. Cualquier cosa en que uno crea la puede crear. Por ello, esta vez, vamos a inmiscuirnos en algo tan trillado como la verdad y, en algo mucho más profundo como la intraverdad

La verdad, ¿qué es la verdad? Tenemos a nuestra disposición un inabarcable viaje filosófico sobre esta cuestión. Miles de personas han intentado encontrar un significado a este concepto tan abstracto. Muchos han encontrado definiciones tan teóricamente académicas como literarias. Pero, ¿qué es la verdad? Nunca ningún autor ha estado de acuerdo plenamente con la definición de su compañero de mesa. ¿Dependerá ello de la ideología, creencias o experiencias? Si realmente esto fuera un factor definitorio del concepto, no llegaríamos nunca a un significado universal y válido para todos los casos. O para ninguno. Porque... si encontramos su significado, ¿habremos descubierto la verdad? Quizá solo lleguemos a un hecho verídico. Pero claro, para encontrar una definición a esta cuestión universal de la Filosofía, primero tendremos que creer que podemos encontrarla: ¿verdaderamente podremos saber qué es la verdad? Y si lo llegamos a saber... qué. ¿Se acabará el mundo? Los seres humanos vivimos con ansia de sabiduría y de curiosidad cuando desconocemos algo, pero... si supiéramos todo... ¿seríamos infelices? ¿Perdería la verdad todo el interés? ¿Nos dejan de interesar las cosas, cuya verdad sabemos? ¿Qué hay de verdad en todo esto?

La intraverdad por su parte, no es algo que forme parte explícita de la verdad en sí misma, sino de nuestro concepto de verdad. ¿La verdad es un ente completo, un todo? O tiene preguntas, respuestas, incógnitas, dudas, vías posibles e imposibles que llegan o se dirigen a ella o nos cortan el camino? Efectivamente, son caminos para encontrarla. Por tanto, estas venas que recorren nuestro cerebro y que, a su vez, son recorridas por nuestra curiosidad, conforman la intraverdad, el espíritu del cómo, del por qué, del qué, del cuál, del quizá... Para nosotros, la intraverdad forma parte de la verdad y es el único modo de conocerla en sí misma. Cuando encontramos la verdad, por un lado pasa a ser un cuerpo completo con millones de rasgos de intraverdad y, por otro, se convierte en nada. En la nada que en un momento nos robó el tiempo y la vida y que ahora solo son una nimia respuesta, ínfima explosión de miradas en las que se guarda otra pregunta: ¿Por qué no lo habíamos visto antes? 

Así es pues, buscamos la verdad —sin encontrarla— utilizando la intraverdad —como única vía real de verdad—. ¿Qué es la verdad? Muy simple. La verdad es aquello que se busca y nunca se encuentra. ¿Cómo...? Con la intraverdad.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas destacadas

Violet

La librería, un lugar de ensueño

Mientras sigue lloviendo

Paseando por el viento...