¿Quién eres?

Aire, el aire de la noche envuelve tus alas; alas de vida mezcladas con sangre; sangre de un ángel que con su voz te enseñó la música; música que ahora cantas pensando que recuerdas el futuro pasado; aquel pasado que desperdiciaste imaginando; con la imaginación deslumbrando tu mente; mientras en tu mente surgían ilusiones; de ilusiones vivías sin vivir realmente; mientras la realidad te aprisionaba el corazón; corazón que ahora da sus últimos latidos.

<<¿Quién eres?>>, te preguntó la vacía, fría y melancólica voz de la muerte al susurrarte al oído el mensaje nostálgico de tus recuerdos perdidos.

<<¿Quién eres?>>, repites ensimismada en ti y a ti misma, tú que te ves hablando en tu soledad. Tu corazón se acelera mientras tus vidriosos ojos se hielan.

<<¿Quién eres?>>, vuelves a preguntarte. No estás sola, sentada en una roca cubierta de nieve sientes el calor de la Muerte a tu lado. Te ama, y lo sabes. Te quiere para sí, y lo sabes. Te mira sin ojos, sin mirada, sin cara; y lo sabes. Es tímida. Se prepara para besarte, y lo sabes. Se acerca a ti, y lo sabes. Tus ojos, fijos en el oscuro horizonte se encienden. La llama del amor calienta tu alma. Quieres pasar tu vida junto a ella, y lo sabes.

Tus ojos se giran hacia tu derecha, observas su manto negro, sus esqueléticos dedos te acarician la cintura, tus labios se mojan poco a poco para dar la bienvenida a su vacío corazón. Entonces vuestras caras se alinean, vuestras miradas rotas dibujan la posibilidad imposible de un amor medio vivo medio muerto. Ya no te importa nada, ni morir, porque sabes que vuestro amor es el único que no separará la muerte, puesto que con ella se hace uno, se cumple, es eterno.
Vuestros labios se unen, el mundo se para, el tiempo se acelera, el sol se apaga y la luna brilla. Un amor inmortal, un amor más allá de la eternidad, un amor que nace de la muerte y con ella es un amor puro, misterioso y celestial.

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