Ilusiones sobre las olas

Las ilusiones vienen y van como las olas. Dependen de nuevas embestidas del viento, de las luces de los rayos del amanecer, de la lujuria plateada de la noche. Cada oleada de nuevas vivencias y experiencias trae nuevas ilusiones que levantan emociones, que hacen surgir sentimientos renovados, cálidos, tristes... El oleaje depende de la fuerza de tu corazón y de la ilusión que sientes por volver a levantarte; todos los días. La alegría por abrir los ojos y mirar a los lados; y ver, viendo el mundo, las lágrimas del aire y los saltos de la tierra.

¿Nunca te has preguntado por qué cada día es diferente al anterior? Quizá porque nadie es igual, porque todos somos diferentes, porque... porque tenemos ilusión de vivir nuevas cosas, primeros y últimos momentos a lo largo del día. Piensa por qué te levantas, por qué al despertar activas tu mente, sonríes ante la nada, sonríes ante el espejo mirándote orgulloso a ti mismo sabiendo que ese día será mejor que el anterior aunque solo sea por un segundo, un segundo de gloria, plagado de ansias de vivir... de ilusión. 

¿Cómo te has levantado hoy? ¿Deleitándote la vista con la estrella rubiámbar del osado cielo omnipresente? ¿Con la idea de coger el paraguas al ver la bandera degradada griseazulada con motas de zafiros de lágrimas? ¿Has dejado por ello de sonreír? ¿Te has deprimido? No, ya lo sabes. Sigues alegre porque ello no te cubre de tinieblas, de hecho te da opciones, te filtra resultados que van a fomentar nuevos pensamientos y nuevas ilusiones como consecuencia. 

Nunca importa lo que tengas delante, nunca lo que dejas atrás. El futuro siembre es diferente de cada mota de presente y de cada gota de pasado. Gotas de agua, de cielo, de colores, de sombras iluminadas, de luces rotas que caen impredecibles al vacío, al abismo, al océano de corrientes de pensamientos, de miedos y de inseguridades, de impunes horas de soledad, de momentos en compañía de seres en algún momento queridos. Un mar intenso que aborda la vida de un único ser humano, de una única persona. Eso quiere decir que hay tantos charcos de agua eterna por almas en el mundo. Qué fácil sería si así fuera. Pero no es así. Cada individuo tiene un mar, cinco océanos y miles de olas de nuevas intenciones y colores coloreados de tapices invisibles. 

Ahora es el momento, surfea con tus ganas las ilusiones de la vida que van hacia ti, que quieren darte fuerza. Siembre tuyas, las ilusiones sobre las olas. 

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