Cosas


Endemoniadas. 
Muchas cosas. 
Demasiadas.
Extravagantes.
Difusas.
De mal agüero.
Para tirar.
Para olvidar.
Para recordar después de un café frío, por el olvido.
Relacionadas con todo.
Y con nada.
Y con la luz que no entra.
En mi mente.
En el sofá se está bien.
Supongo.
O eso dicen.
Pero yo solo pienso.
Tengo miles.
Miles de pensamientos.
Colgados.
Guardados.
Perdidos.
Espero.
Espero que desaparezcan.
Para por fin recordarlos.
Mientras se me olvidan.
No me importan.
Nada.
Aunque me relacionan con los demás.
¿Con quiénes?
No lo sé.
Sí lo sé.
Ellos están guardados.
¿Dónde?
Allí.
En aquello que cae.
Que cuelga.
Desordenado.
A punto de caerse. 
¿En dónde?
Allí.
En un pensamiento. 
En una preocupación.
Aún lo recordaba.
Pero ya lo olvidé. 

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